10/14/2009

EL Subrayar la importancia del Pensamiento

Los grandes hombres son los que saben que el pensamiento es superior a cualquier otra fuerza material, que los pensamientos gobiernan el mundo. - Ralph Waldo Emerson.

La semana pasada, Jacqueline, entrenadora en materia de negocios y de vida, nos relató el caso de un mecánico de una escuela. El hombre se quejaba porque durante los últimos veinte años siempre había trabajado en el mismo lugar y estaba cansado de cumplir con el mismo horario y la misma rutina.

¡Estoy agobiado! ¡Necesito un cambio! –le confeso a Jacqueline.

Es posible –respondió ella. Pero tal vez deba intentar valorar lo que ahora es motivo de su queja, porque de lo contrario, probablemente en su próximo trabajo se encontrará con lo mismo, sólo que con otro disfraz.

-No sé si concuerdo con usted – replicó el mecánico-, pero, aunque lo hiciera, ¿cómo puedo valorar mi tarea diaria?

-Dígame, además de ajustar tornillos y tuercas todos los días, ¿cuál es el propósito más importante de su trabajo? –le preguntó la instructora.

-La respuesta es simple: el propósito más importante es evitar todos los días que los vehículos que llevan a los niños pongan en peligro su vida – aseguró el hombre.

- ¡Claro, genial! Ahora, si cada vez que se levanta para ir a trabajar recuerda este objetivo, comprenderá que su oficio y la responsabilidad que este implica tienen tanto peso que el horario que debe cumplir prácticamente dejará de importarle.

Con estas palabras, el sujeto comenzó a pensar de otra manera. Jacqueline lo había puesto en contacto con la capacidad del pensamiento para transformar la experiencia.

Debemos asegurarnos de que todas las personas a las que deseamos motivar comprendan la unción del pensamiento en la vida.

Nada es más importante que eso. Prestemos atención al siguiente diálogo:

A: Estoy deprimido

B: No, usted cree que está deprimido

A: Es lo mismo, la sensación es la misma

B: La sensación es la misma porque lo que uno siente es igual a lo que cree.

¿Y qué pasaría si creyese que en realidad soy feliz
En mi opinión, se sentiría realmente feliz. A: Lo sé

¿Por qué razón la lluvia es motivo de depresión para algunos y de felicidad para otros? Si las cosas “provocan” sentimientos en nosotros, ¿por qué estos difieren según la persona? ¿Por qué la lluvia no hace sentir a todos lo mismo? Es posible que algunos de nuestros empleados exclamen: “¡Qué deprimente es el mal tiempo!”, mientras que otros tal vez digan: “¡Miren que lluvia hermosa y refrescante tenemos hoy!”. Esto se debe a que la lluvia no “provoca” sentimientos en nadie (como tampoco ninguna persona, lugar u objeto puede provocarlos).

Son nuestros pensamientos acerca de la lluvia los que causan tal o cual sentimiento.
A lo largo de todas nuestras aventurar en materia de conducción, podemos inculcarle a nuestro personal este concepto fundamental: el del pensamiento. Una persona puede creer que la lluvia es maravillosa, y otra, que es deprimente, pero sólo serán pensamientos sobre la lluvia. Nada en este mundo posee significado hasta que nosotros se lo otorgamos. Nuestro lugar de trabajo tampoco: los empleados suelen esperar que sus empleados doten de sentido a su empleo.

¿Qué significa eso?
¿Puede percatarse el empleador de la oportunidad que esto implica? Tenemos la capacidad de hacer que las cosas cobren el sentido que nosotros deseemos. ¿Por qué no aprovecharla?

Un empleador no tiene la culpa de que sus empleados estén enfadados, sino que son los pensamientos de estos últimos los que causan el enfado. Si no albergaran dichos pensamientos, su ira desaparecería.
Si una mañana un empleado ganase la lotería, con certeza nadie le arruinaría su buen humor. Si le dijesen algo que pudiera irritarlo, no le importaría, y haría caso omiso de ello de inmediato. Un empleado sólo se enfada con alguien si piensa en esa persona, en lo que ella dice y hace, y en la manera en que su conducta atenta contra su propia felicidad. Si sus pensamientos no se detienen en esto, no hay enfado posible.

El personal que está a nuestro cargo tiene la libertad de pensar cualquier cosa. Posee absoluta libertad de pensamiento. Durante varios años consecutivos, Marilyn von Savant alcanzó el cociente intelectual (CI) más alto que pudo haberse medido en cualquier ser humano. En cierta oportunidad, alguien le preguntó acerca de la relación entre el pensamiento y el sentimiento, y ella respondió: “El sentimiento es producto del pensamiento”.

En el año 150 a.c., Marco Aurelio escribió lo siguiente: “El alma de un hombre se tiñe con el color de sus pensamientos”.


La gente sólo encuentra la motivación cuando piensa de manera estimulante. El espíritu está gobernado por el pensamiento, no por las circunstancias. Cuando más se aproxime a esta verdad la relación con nuestro personal, mejores directivos seremos.

Fuente:
Chandler S. y Richardson S. (2007). 100 maneras de motivar a los demás. Argentina: Kier empresa.

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