4/18/2009

Hacer lo que corresponde en cada momento


Gestionar significa hacer las cosas correctamente; conducir, hacer lo correcto.

- Peter Drucker

Si no hacemos lo correcto, nos será imposible motivar a otros. Y para mantenernos en un estado relajado y concentrado, es importante que no estemos aislados, distraídos ni dispersos.

No debemos andar corriendo en la creencia de que tenemos mucho que hacer, porque esto no es cierto. La verdad es que hay una sola cosa por hacer: lo que hemos decidido hacer en un momento dado.

Si nos dedicamos de lleno a una tarea, obtendremos un resultado extremadamente bueno, y nuestra relación con cualquier otro individuo que participe en ella será mejor, más distendida y confiada que antes.

Al estudiar con detenimiento nuestras actividades de la semana pasada, descubrimos que hicimos muchas cosas, pero todas fueron hechas una por vez. Incluso en los momentos en que estábamos más ocupados, sólo éramos capaces de concentrarnos en una sola actividad; pero nos pusimos nerviosos y transmitimos nuestros nervios a los demás porque pensábamos constantemente en siete cosas al mismo tiempo. Si le hablábamos a una persona, no podíamos dejar de pensar en las otras siete con las que precisábamos conversar, por lo que, con el tiempo, todas comenzaron a sentir nuestro estrés y falta de atención… esa absoluta falta de calidez en nuestro trato con ellas.

Realizar varias tareas simultáneas genera temor, adrenalina y ansiedad en el sistema humano, y los demás se percatan de ello. Esto no los atrae, sino que los aleja.

La mente sólo puede albergar un pensamiento por vez. La mayor parte de las veces en que nos sentimos “abrumados” o “atareados” es por el desconocimiento de esto.

En los lugares de trabajo, la mayoría de los empleados padecen estrés por querer dirigir su mente al mismo tiempo a numerosos pensamientos, tareas, proyectos, cuidados, preocupaciones y asuntos de diversa índole.

Esto último es imposible: ninguna mente, ni siquiera una que se asemeja a la de Einstein, sería capaz de soportarlo. Es preciso hacer una sola cosa por vez.

Debemos optar por una de las tareas de la lista y luego realizarlas como si fuera nuestro único objetivo en la vida. Si se trata de hacer un llamado telefónico, tendremos que relajarnos y estar de buen talante para que resulte una buena experiencia y para que tanto nosotros como el destinatario del llamado quedemos satisfechos.

La semana pasada mantuvimos una charla con Jason, gerente de ventas de una empresa de alcance nacional, que acababa de poner fin a una larga y tediosa conversación telefónica con su equipo de trabajo. En ella, había instado ansiosamente al personal a que hiciera lo imposible por incrementar las ganancias, y le advirtió que, si no mejoraba el ritmo de trabajo, no se alcanzarían los objetivos deseados. EL motivo por el cual Jason mantuvo esta conversación fue que, poco tiempo antes, sus superiores le habían señalado que su equipo mostraba un bajo nivel de desempeño.

Jason trabajaba doce horas por día, pero sentía que nada le salía bien. A esto se le sumaba que sus superiores le transmitían su propia ansiedad. Esta situación lo trastornó y lo puso frenético, a punto tal que no pudo controlarse y terminó descargándose en los miembros de su equipo.

La motivación no tiene nada que ver con esto. Requiere tranquilidad y un dirigente centrado, que se focalice en una y sólo una tarea.

Fuente:

Chandler S. y Richardson S. (2007). 100 maneras de motivar a los demás. Argentina: Kier empresa.

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