6/30/2009

Conocer a nuestros soberanos y a nuestras víctimas


Los que se aferren a sus virtudes se convertirán en grandes hombres. Los que se limiten a sus aspectos insignificantes vivirán en la insignificancia.

- Mencio

Los individuos a los que se precisa motivar tienden a agruparse en dos categorías: los dueños de sí mismos y las víctimas.

Esta distinción proviene de la obra de Steve Chandler titulada Reinventing Yourself (Reinventándose a sí mismo), que describe en forma detallada a los dueños de sí mismos, las personas que asumen total responsabilidad para alcanzar su felicidad, y a las víctimas, que siempre se encuentran perdidas en medio de situaciones desafortunadas. Ante la desdicha, las víctimas echan la culpa a los demás y a las circunstancias. Son difíciles de tratar.

Los dueños de sí mismos tienen manejo sobre su espíritu y saben controlar sus reacciones frente a cualquier situación (mientras que las víctimas culpan de todo a la situación).

En un seminario que ofrecimos hace poco tiempo, el director general de una empresa, cuyo nombre era Marcus, se acercó a Steve durante el intervalo y le comentó lo siguiente:


- Muchas de las personas que trabajan para mí asumen el papel de víctimas.


- Es parte de nuestra cultura – le respondió Steve.


- Sí, ya sé, pero, ¿cómo puedo hacer para que reconozcan esa tendencia de su carácter?


- Aplique una táctica diferente –replicó Steve -. Cuando no adopten ese papel, manifieste su contento. Señáleles las actitudes en las que demuestran ser dueñas de sí mismas e intente que se percaten de que usted valora que sean eficaces y responsables de sus acciones.


- Muy bien – asintió el director, y luego preguntó-: ¿Cuáles son las mejores tácticas para aplicar con cada tipo de individuo? Es decir, en mi empresa tengo personas que son dueñas de sí mismas y otras que son víctimas. ¿Debo brindar un trato diferente a cada cual?

- Con las que son dueñas de sí mismas, no es necesario otro trato más que valorar lo que hacen –afirmó Steve-. Esa es la única táctica. Con las víctimas, tenga paciencia. Escúchelas con empatía cuando manifiesten sus sentimientos. Usted puede comprender su punto de vista sin necesidad de estar de acuerdo con él. Enséñeles la otra cara de la moneda y demuéstreles con su conducta cómo funciona. Comprobarían por sí solas que la perspectiva que usted les propone rinde mejores resultados

- ¿Por qué no viene usted a la empresa y ofrece un seminario sobre la manera de ser dueños de nosotros mismos? –insistió Marcus.

- En la última instancia, incluso si yo le enseñase a su persona a adoptar dicha forma de pensar, usted tendrá que seguir apuntalándolo todos los días, porque, de lo contrario, se olvidará fácilmente de lo aprendido. Invente su propia manera de conducirlo. Elabore estrategias en las que incorpore su propia personalidad y estilo. No hay recetas mágicas para esto, sólo compromiso. Los dirigentes que se comprometen a lograr que su equipo se torne responsable, creativo y optimista logran exactamente lo que se proponen; los que no, no alcanzan su objetivo. Las tres cosas básicas que usted puede hacer son: 1) recompense a los que se muestren dueños de sí mismos; 2) muéstrese dueño de sí mismo; y 3) asuma total responsabilidad por la moral colectiva y el desempeño de su personal.

Marcus parecía preocupado. Aún no estaba convencido de todo lo que le había dicho Steve, por lo que este le preguntó:


- ¿Qué es lo que lo preocupa?

- No se ofenda… - dijo Marcus.

- Por supuesto que no – respondió Steve.

- ¿Cómo hago para tratar con una víctima sin aparecer frente a ella como esos presuntuosos defensores del “pensamiento positivo”?

- Un verdadero dirigente no precisa aparentar eso; sólo tiene que ser realista, sincero y optimista. Debe centrarse en las oportunidades y posibilidades, y en el costado verdadero y realista de las cosas. Evite el chismorreo y las críticas denigrantes. No existe ningún truco confiable ni completamente seguro, pero nuestra experiencia significa ser dueños de nosotros mismos, y reconocemos y valoramos esta virtud en los demás (en especial durante las reuniones, cuando las víctimas pueden presenciarlo), las personas de su entorno encontrarán cada vez más difícil ponerse en el papel de víctimas. Recuerde que, en esencia, convertirse en víctima es un acto falso y una estrategia de manipulación. Usted no debe fingir que lo considera un punto de vista intelectualmente válido, porque no lo es.

- Está bien, ahora comprendo. Parece viable –respondió Marcus, más convencido-. No obstante, me preocupa un empleado nuevo que comenzó desempeñándose maravillosamente algunos meses atrás, pero ahora parece perdido y se siente traicionado. Al menos eso es lo que manifiesta con su conducta. ¿Cómo puedo inculcarle una actitud de mayo dominio respecto de su propia persona?

- En realidad, usted no puede “inculcarle” esa actitud –replicó Steve -. No es forma directa. Por naturaleza, el dominio de sí mismo sólo puede desarrollarlo quien ya lo posee. Sin embargo, sí es posible estimularla o nutrirla desde fuera, cuando la percibimos en el otro. Podemos alimentarla y recompensarla, incluso celebrarla. Si hacemos todo esto, incitaremos a que emerja, como una flor en nuestro jardín. Es imposible hacer que crezca si antes no brota, pero, con las medidas adecuadas, lograremos que aparezca.

Fuente:

Chandler S. y Richardson S. (2007). 100 maneras de motivar a los demás. Argentina: Kier empresa.